Puede ser que para un porgramador o un fan del irc, Windoze ofrezca muchas cosas, pero para mí, como usuario, era aburridísimo. El asunto quedó mucho más claro tras haber usado durante un tiempo LiteStep como shell. Así, mi llegada al mundillo GNU/Linux , se vió un poco frustrada al toparme por mis pocos conocimientos desdichado a optar por Gnome o KDE; cuando lo que quería era algo tipo LiteStep, una nueva forma de montar el escritorio.
Gnome no me decepcionó nada, incluso cambió mi forma de ver algunas cosas: las miniaturas dejaron de parecerme una petardada; con nautilus eran mucho más bonitas y no te hacían perder tanto el tiempo. Luego descubrí las posibilidades que ofrecían las iconos vectoriales y los emblemas para ordenar los iconos del escritorio. Estaba contento, el ordenador me era bien práctico; pero claro, uno siempre quiere más.
El siguiente paso, tras algunas pruebas, se cimentó en el XFCE4, con el que estuve su buen tiempo. Antes catara WindowMaker y Fluxbox, pero creo que el trabajo que me costaba configurar Gentoo me impulsó a tener que 'trabajar' poco en el escritorio. De esta temporada, aprendí a vivir sin iconos; no por obligación, ya que de principio me planteaba preparar idesk o rox, sino porque me di cuenta de que era mucho más eficaz sin ellos. Fue ahí cuando me volví terminal-adicto.
XFCE4 me hizo muy feliz hasta que cambié de monitor. No me gustó su adaptación a los 1280x768. Entonces, casualmente me encontré con el escritorio que me hace feliz: fvwm-crystal. Un escritorio minimalista sin iconos en el escritorio, pero sí en un a pequeña barra para lanzar aplicaciones... además de que sólo con clickar el botón derecho sobre el escritorio se abre una terminal.
El problema ha llegado cuando he decidido pasarme a las aplicaciones tipo KDE; y según tal decisión, adaptar mi escritorio a un 'korazón' con K. He descubierto que el kscreensaver se activa a través del kdesktop y no me parece una mala opción cambiar habak (el programa que uso actualmente para disponer el fondo del escritorio) por kdesktop y así no depender de xscreensaver tirando del máximo de programas con k.
Al usa kdesktop, me he vuelto a encontrar con los iconos del escritorio.¿Qué haré con ellos esta vez? Mi primera intención es borrarlos todos, y que se queden en simple posibilidad, pero la Papelera no se quiere ir. Me he puesto a mira los archivos de configuración, pero no encuentro con el que fuerza su presencia. Así que inicio hoy una nueva batalla con esa maldita Papelera que quiere conquistar mi impoluto escritorio.
También podría plantearme volver a usar iconos, ya que a pesar de no usarlos, no pienso que sea algo inútil. Pero ya no estoy para sacarles provecho pues son un poco latosos para trabajar desde la terminal. Una opción al respecto sería linkear los directorio sobre los que trabajo de mi $HOME a $HOME/Desktop y que así puediesen estar presentes en el escritorio.. pero para que me serviría esto? Bueno, tal vez las carpetas de productos multimedia me sería interesante...
Lo que más me preocupa de los iconos es el valor que tienen. En un análisis estético de nuestras sociedades, se plantea un grave problema por la inmersión que en un mundo de imágenes de unos hombre malamamente preparados para enfrentarse a un mundo de textos. Esto no es ninguna idiotez, es algo que tener muy en cuenta, algo que deberíamos intentar solucionar. Mientras no nos planteemos el verdadero valor de las imágenes, que son un lenguaje tan peligroso como el escrito y el hablado, poco podremos hacer para que el mundo occidental no siga su desdichado curso. Eso sí, no podemos caer en la prepotencia de defender al texto frente a la imagen; lo mismo es ver telebasura que leer un mal libreo, de ambas fuentes se puede beber auga clara, el problema, es tener boca. Al no tener boca para las imágenes, y estar llegándonos estas a manguerazos, nos estamos empapando de ellas cuando lo que deberíamos hacer es beberlas para impregnarnos. Los iconos, no son inocentes; pues unen palabra e imagen, hay que tener mucho cuidado con ellos.
La batalla ha comenzado.
PS- 'Chewin'Fingers' es la segunda canción de Tender is Savage de Gluecifer; es una canción que me pone los pelos de punta y me obliga a dar saltitos estúpidos por la habitación.
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