Hoy me he tenido que sentar a reflexionar durante 10
minutos en el Dojo. No ha sido nada fácil, ya que mi
cuerpo se dolía; en posición saizu mis piernas
no aguantaban, con las piernas cruzadas no conseguí
tener la espalda derecha sin esfuerzo. En los 10 minutos no
conseguí concentrarme correctamente más que un
tiempo innominable; en él, tanto mis párpados
como mi boca perdieron toda su fuerza para caer
plomizamente, sentí calor entre mis manos y la
espalda pareció coger la fuerza suficiente para
mantenerse derecha. No pude ’reflexionar’
realmente, pero sí que conseguí sentirme
liberado. Sentí la libertad que supone la
superación de un estado, de una sensación. No
cree nada, simplemente superé los nervios y mi
corporalidad a través del deber.
Ya he comentado que para ser como dioses, lo único
que nos hace falta es una gramática. Las palabras,
podrían ser naturales sin una gramática
detrás que las ’contingentenciase’ y no
ocasionar problemas. La gramática permite que superen
su estado natural, que se conviertan en un problema como lo
es el cuerpo para quien ya no está atado a él.
Porque los problemas son muchas veces debidos a la
aparición de la contingencia... y si no lo son
siempre, es porque la maldita contingencia está
presente. Tan problemática es, que podríamos
apelar a que en su naturaleza está este afán
de ser problemática. Claro que incluso a la hora de
hablar de naturaleza, a la hora de hablar de palabras, la
contingencia nos impide que podamos estar seguros de
nada.
Perdida la necesidad de ser ’hombres’ -entre
comillas, libres de la contingencia gramatical- intentamos
ser hombr@s. Porque Koselleck apela a las diferencias con
las que uno vive... yo intento comprender por qué
maldición divina estamos obligados a tener la
contingencia, de esa malvada diosa que
incluso en el diccionario que la intenta recoger nos
engaña con sus perfúmenes y miradas de
colibrí.
Claro está que habrá que dedicar a esta
’preciosidad’ más tiempo... siempre que
la necesidad nos ayude y encuentre un esquema de un buen
texto que elaboraron mis neuronas con contingentes impulsos
eléctricos.
PS-También tendríamos que hablar de magia,
pero todo a su tiempo.
1 comentario:
Ahora conocemos la faceta mística de Fromooze.
¿Te sientes como Dios?
Debe ser como cuando consigues doblegar la caprichosa voluntad de Windows para hacer que haga lo que tú quieres que haga.
Con Linux siempre te sientes Dios ;-)
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