17 noviembre 2004

Periodicidad

’Odio’, tanto con comillas como sin ellas,
la prensa por lo peligrosa que resulta. La redacción
de la misma diariamente, plantea la falta de interés
que puede tener, ya que podría incluso entenderse
como que es un asunto de oídas. Aunque lo grave no
está en este aspecto ’necesario’, sino en
cómo se publica -en el sentido de hacerse
pública, con lo que incluye también la
publicidad comercial- afir- mando su veracidad e
independencia. ’El diario independiente de la
mañana’, ’El que no se vende’,
’Información obje- tiva’... toda
afirmación que no implique una referencia a las
prisas con las que se rellenan sus columnas vale. Entre esta
’ocultación’ de las prisas y el dinero
que intermedia la llegada a nuestras manos del
periódico (ya sea pagando o leyendo publicidad), los
periódicos tienen tanta autoridad como Santo
Tomás de Aquino.


Para el que me plantee que hay artículos, noticias
y columnas que no proceden de la producción diaria,
con lo cual salta la regla; les propongo una revisión
del refranero y de cierta parábola de un pastor que
conducía sus ovejas. No hablamos del oro, sino del
mineral que lo cubre y esconde, del mineral con el que
perdemos el tiempo en busca del preciado metal... con esa
’romántica’ pasión de la
búsqueda como motivo para vivir.


El caso es que se me ha planteado el problema de la
periodicidad, y de cómo esta afectaría a un
blog. ¿Debería intentar que mis propuestas en
rabadilla! tuviesen una con- sistencia?
¿Escribir un pre-envío y corregirlo antes de
enviarlo? Bueno, la verdad es que es tentador, pero si lo
hiciese seguro que al final no publicaba ninguna. Un blog
como rabadilla! nada serio, creo que tiene que vivir
de la impetuosidad con la que los que en él
participan galopeen sobre el teclado. Si tuviésemos
que retractarnos de lo que decimos, o simplemente cuidarlo,
se haría todo muy aburrido.


Concluyo pues, que aquí, que uno no necesita
justifi- carse ante nadie, ni nada es presentado como
trabajo profe- sional de información, debemos llevar
a cabo el principio y fin del cántaro: llevarlo a la
fuente sin preocuparse de si algún día se
rompe y nos sale algo serio. Así que animarse todos
los que quieran probar si son capaces de hacer una bonita
polonesa con una buena cadencia sobre el teclado.


No se preocupen por los daños que pudieren
ocasionar a otras mentes, ya que si escogí en la
licencia CC lo de Non commercial fue pensando en esas
veces que uno se sorprende al ver recogido en un
periódico algún contenido de su Web -algo que
asusta mucho-; y mientras uno no paga, la infor-
mación no tiene valor... triste, pero así son
las cosas.


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