18 mayo 2005

¿No tienes nada que decir sobre el pianista amnésico?

Nunca he sido muy amigo de los medios de comunicación masivos, pero 20minutos se está ganando mi cariño. Sin quererlo defender como santo de nada, recordar algunos hechos que hacen que me caiga bien esta gente.


Su entrada en la prensa gratuita supuso un debate muy divertido entre: pagar por información de calidad o aceptar información gratuita sensacionalista. Digo que fue divertido porque no creo que haya tanta diferencia entre los titulares de 20minutos y otros periódicos de pago. ¿Y quién se lee más que los titulares? Para tener una visión de las novedades, 20minutos es más que suficiente. Es una pena que no concluyese en que los periódicos de pago se transformasen en algo semanal con ediciones extras; para que la prensa de calidad no tenga que ser redactada en una noche.


Luego montaron su versión digital y la licenciaron con Creative Commons; lo cual resulta tremendamente gratificante para los que creemos en este tipo de licencias. Especialmente porque supone demostrar que la CC no está reñida con el ganar dinero.


Por último, el motivo de esta referencia, los comentarios de sus lectores. 20minutos ofrece un sistema muy sencillo para comentar las noticias, deja que el lector pueda aclarar las cosas, dar un punto de vista diferente del periodista evitando así los entrometidismos profesionales que tanto les gustan a estos. Noticias como esta, mal planteadas, se pueden aclarar rápidamente. Aunque muchas veces no deje de ser algo simplemente muy entretenido para pasar el rato viendo cómo somos los españoles.

2 comentarios:

Xose Ramos dijo...

Enhorabuena.... ¡¡grandioso comentario el tuyo!! Cuanta razón: leer el "20 minutos" es mejor que cualquier estudio sociológico. Y los comentarios que recomendaste son hilarantes.

Anónimo dijo...

Me hacen pensar en un 'experimento' que hicimos una vez en clase. Se trataba de escribir una frase en un papel e ir transmitiéndola de oreja en orejar por toda la clase. Supuestamente no sería la misma, pero sí que lo era. El profesor nos aseguró que el problema venía de no ser suficiente número.
Si uno se fija en los comentarios, verá como los debates que se forman acaban por convertir la noticia en otra. Leyendo los comentarios se te queda la idea de que el tío es la ostia tocando el piano cuando no se dice nada al respecto realmente.