11 noviembre 2004

Maldita memoria










Hoy he aprendido algo interesantísimo, algo que
dije, esto lo tengo que colgar en rabadilla! que seguro que
a alguien le interesa. Pero ya no me acuerdo. Es mala
suerte, pero vamos, que le voy a hacer.









Repaso las noticias, pero sólo me acuerdo de que
gmail ofrece pop3; memoria selectiva parece que
todavía me queda. Pienso en lo que hice hoy: compras
en el carneful, sesión de cursos extraordinarios,
cocinar...









En el carneful iba a buscar un termostato digital con
programador para la calefacción, pero estaba agotado.
Luego, se me fue la pinza y llené el cesto de
productos innecesar- ios hasta que pesaba tanto que lo
único que me aliviaba era pensar que al repartirlo en
bolsas pesaría menos. Aprendí algo de
física al llegar a casa con los brazos insensibles y
una rodilla de menos: el peso no varía con el
número de bol- sas. También que para hacer una
dorada al horno no hace falta el sal para hornear en bolsa
de dos kilos y medio.









Cocinando, no aprendí nada... bueno,
descubrí que unos pimientos asados del Bierzo al
ajillo que venden en el carneful están muy buenos;
valen la pena para darse un vicio.









La sesión de los cursos extraordinarios es
más difícil de recordar, pero podría
revisar los apuntes... a lo mejor esa cosa
interesantísima está anotada por ahí...
No me acordaba de que se me ocurrió una historia muy
bonita para un relato, pero eso, no lo voy a contar
aquí que os estro- pearía el relato. Y luego,
tantas cosas apuntadas... mira, era esto, quería
retomar mi idea sobre lo que es ser cos- mopolita hoy.
Comentar que por un lado tenemos los cos- mopolitas de
verdad, los que cual león van a donde les toca y
allí están, y por otro los que allí van
y cogen de lo que hay para volver a casa convertidos en un
madelman con todos los complementos. Es una pena que no me
acordase al comenzar a escribir, así podría
haber sido esta una entrada intere- sante. Qué se le
va a hacer, al final, esto parece una entrada de un
diario.









Para revalorizar su tiempo querido lector, le diré
un secreto. Hoy, lo que aprendí y quería
contarle, es que si uno no apunta las cosas, estas se van,
pero no muy lejos. Que el día de hoy, si no lo
escribo en un diario, si no lo escribo en rabadilla!,
pasará sin más a pesar de que en cualquier
momento lo pueda recordar. Que mientras ando, escribo
historias, planteo problemas y resuelvo los enigmas del
mundo mientras observo miles de cosas interesantes que pasan
a mi alrededor, pero todo pasa si bien está siempre
aquí, a mi lado. Como mi gata, subida en mis rodillas
mien- tras escribo. Dándome, un cariño que no
es cariño, haciéndome una
compariz, a lo mejor me lame; pero todo pasa y se pierde
cuando me meto en cama a dormir o simplemente no disfruto de
lo tranquila que está aunque yo estornude, porque
confía en mí, porque sabe que la protejo. Todo
pasa, de una forma tan frágil que todo lo que no
cuidamos, carece de importancia. Así, la vida se con-
vierte en un cuidado de lo que nos rodea porque no somos
nada.









Somo un pequeño gran nodo, rodeados de cosas, si
son cosas, que pasan y se quedan dándonos una vida
que no es en esencia nuestra. No somos nadie, como se dice
mucho, pero en el sentido bueno de que no lo somos porque
todo pasa. Así, lo que no cuidamos no es nada, y si
esto puede ser así, sig- nifica que no somos nada
mientras no cuidamos nada.









Claro está que tendríamos que hablar ahora
de lo que es el cuidado. Pero no sé si me falla la
memoria al respecto, o si simplemente no me acuerdo. Lo
cierto, es que no he cuidado el significado de
’cuidar’, y sin saber cuidar todo se ha
perdido.









La memoria, nos sirve para estar vivos, por lo menos, esa
impresión tenemos en la cresta de la ola que nos
impulsa a hacer lo que ayer nos quedó pendiente.
Deberíamos cuidarla si supiésemos qué y
cómo cuidar.










PS-’The age of Pampirus’ tiene un final
apoteósico en Darkness Forever , una frase que
resuena en mi cabeza una y otra vez cada mes: ’Is cool
to be back’.




1 comentario:

Reset Reboot dijo...

Sobre la memoria, me he acordado de Winston, el protagonista de 1984, de G. Orwell. De eso y del doblepensar.

He de decir que es cierto, la única inmortalidad es la que se consigue a base de que tus seres queridos (o miles de personas) cuiden tu recuerdo. Y si no recuerdas nada, no eres nadie, sin pasado y con un futuro poco claro. Quien olvida la historia esta condenado a repetirla, como esos niños del instituto donde estudia mi hermano, harto ya de oirles decir "Viva Franco" y cantando alegres el "Cara Al Sol".

El ser humano deja de cuidar a la Historia, y asi nos va, pura estupidez humana, la gran adversaria del hombre en última instancia, que nos hace tropezar una y otra vez en la misma piedra, en vez de dejar de dar vueltas y llegar a algo mejor.