10 septiembre 2005

Machado

Mary:

“Al viejo olmo herido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las aguas de abril y el sol de mayo
algunas ramas nuevas le han nacido... “

decía Antonio Machado.

He leído muchas veces ese poema dedicado al viejo olmo, incluso lo había aprendido de memoria pero hasta hoy no he comprendido plenamente lo que quería expresar el poeta.

Puede que Antonio Machado tuviese en su memoria la imagen, el recuerdo, la presencia de un olmo, viejo, mustio, a punto de secarse o aparentemente seco, pero de quien nos quiere hablar el sensible poeta es de sí mismo. El viejo olmo es el propio poeta, que ha sido herido por el rayo del destino, de la desgracia, o de la pérdida del ser más querido de su alma, con el corazón cansado, desilusionado, como podrido... que con las aguas de abril y el sol de mayo -la primavera-, ha sentido el aliento de una ilusión, de sentir el amor hacia alguien. Esas ramas nuevas, esos brotes tiernos, esa promesa de nuevas ilusiones son la promesa de un posible idilio que uno quisiera duradero, pleno...

Al igual que él, me siento viejo, desilusionado y acabado. Si a él una ilusión, un amor, ha despertado en su corazón nuevas ansias de vivivir, proyectos renovados y esperanza, a mí, tu filial cariño, me hace brotar ramas de ilusión para seguir tendiendo una mano a los adolescentes que no se conforman con dejarse llevar por la corriente insana de la comodidad, del ‘todo da igual’, del ‘a vivir que son dos horas’, del dejarse llevar por la corriente.

Hay que estar al lado de aquellos que presienten que hay una forma diferente de enfrentar la vida: luchando por crecer, por ser cada vez más independientes, por buscar otros modos de afrontar la corriente de la vida , porque quieren y tienen el derecho de soñar con una vida mejor.
Tus ojos no dejarán adormecer mi espíritu y me recordarán cada día que alguien espera.

NO CAMBIES...

"No cambies; sigue siempre así..."

Esta frase salida de labios adolescentes, en tonalidad dulce pero apasionada, y al brillo de una mirada intensa de ojos oscuros, me sobresalta y despierta en mí un sentimiento dormido de ilusión y esperanza en la cotidiana labor.

En otros tiempos estaba entusiasmado y convencido de la trascendencia de mi actividad profesional en la mejora de las expectativas de niños y jóvenes. De algún modo hacía mía aquellas palabras que sentenciaban que la educación era la palanca más poderosa para el mundo y mejorar a los grupos sociales a través del perfeccionamiento de cada individuo. Esa ilusión y esa fe ciega (al menos en el sentido de que no se me ocurría poner en cuestión mis creencias) en la trascendencia y eficacia de la labor docente me llevaban cada día a entusiasmarme y a multiplicarme tratando de encontrar en cada momento las estrategias y los recursos de contagiar entusiasmo, experiencia y conocimientos para despertar en los niños el afán por aprender, la energía para analizar, reflexionar y construir nuevos caminos en la solución de los problemas, la confianza en las propias capacidades y en la eficacia de la tenacidad.

El paso de los años, las heridas de tutores, padres y compañeros que temerosos, decían, de que mi
ímpetu dañase las frágiles mentes y perezosas voluntades de sus pequeños han intentado crearme problemas y amargarme la existencia; y los resultados cada vez más cortos, quizá por la pérdida de energía, ilusión o el clima de comodidad instaurado en nuestro medio social, han ido borrando de mi espíritu la confianza en el poder redentor de la labor educativa, han cortado las alas de mis sueños y han roto el ímpetu de mis palabras. La fe de antaño se ha vuelto duda, la fuerza del entusiasmo en caminar cansino y la creatividad de estrategias y recursos en acomodaticia inercia. Si a esto añadimos las convulsiones de esta civilización decadente que ha sustituido el altruismo por el interés inconfesable, la generosidad por el aprovechamiento y el idealismo por la ganancia, no debería de sorprender que me resultase inusitado que mis parcos recursos fuesen de utilidad para alguien y que ese alguien no sólo aprovechase de ellos, mas sintiese el necesario impulso de tener que manifestar gratitud y el deseo de que otros pudiesen contar con esa mano tendida.

Gracias Mary, con el corazón me expreso.

Si tú me has acogido como a una voz amiga, si has escuchado mis consejos con la confianza con la que escuchamos a un padre, si lo poco que yo te pude aportar te sirve para ser más tú y más persona, es que aún queda esperanza de que mis débiles fuerzas puedan ser útiles a alguien y esa esperanza me dará energía para tratar de rejuvenecer en mi trabajo.

¡Que miedo dan las judías!

Hay un tipo de programas que envidio de la televisión francesa, los reportajes que hacen sobre temas de actualidad. Creo que les cogí cariño en mis tiempos de estudiante de la Alianza Francesa, donde nos los ponían para aprender francés de verdad. Lo que tienen este tipo de reportajes típico francés es que intentan dar siempre una imagen humana de las cosas; se interesan por opiniones personales, normalmente el formato es el de un periodista que se inmiscuye entre gente corriente afectada por el tema.

Hoy me he cruzado en TV5 uno sobre el desalojo de la franja de Gaza. Para ello, el periodista de turno con la cámara a cuestas, se introdujo en un grupo militar formado mayoritariamente por mujeres (80%) que iba a tener que realizar desalojos. Eran muchachas jóvenes que estaban allí cumpliendo su servicio militar que estarían encargadas de sacar arrastro si así era necesario a mujeres y niños; por aquello de que no les sentase mal que un hombre las tocase (lo cual sucedía durante un desalojo, una mujer gritaba que sólo quería que la tocasen mujeres).

La imagen humana del asunto llegaba al culmen con tres individualidades. Una judía marroquí que se negaba a participar y le daban una baja médica. Una judía belga cuyo padre había participado en la colonización de Gaza de tal manera que chocaban el amor hacia el ejército israelí con lo que creían mejor para Israel. Una judía palestina que vivía en otra zona reconocida como colonia y que tenía claro que un día tendría que desalojarla también, además que se encontraba con conocidos durante las misiones.

La verdad, es que era duro imaginarse en su situación, pues mucha gente estaba en contra. Pero claro, uno se endurecía al escuchar como en el segundo desalojo, una zona con una playa salvaje preciosa las chicas se planteaban más dudas porque aquello era precioso... ¿manipulación de la audiencia?
Siempre he dicho que los reportajes y películas manipulan las imágenes para contar las cosas como les apetecen, pero también defiendo que siempre hay una fuga en la imagen, algo que se escapa y nos permite ver las cosas que nos interesan sin filtros. Yo no me quedo con el problema de la Franja de Gaza; me interesa otra cosa.

Lo curioso era que aquellas mujeres era judías de muchos sitios diferentes que iban a Israel a cumplir un servicio militar voluntario de 3 años, desde los 18 hasta los 21 al parecer. Me llamó la atención ver como les enseñaban a manejar y limpiar ametralladoras (que no usaban en la descolonización claro, pues entonces no habría oposición), como las entrenaban en la lucha cuerpo a cuerpo, y los lujos personales que tenían dentro del ejército: gafas de marca, peinados, aparatos electrónicos... En un ambiente militar, donde se les enseñaba a usar armas de fuego (a matar), se mantenía un ambiente de campamento de verano en el que ligaban con los superiores.

La pregunta que me quedó tras ver el reportaje fue pensar en cómo el padre de una de las soldados (espero que nadie me obligue a escribir soldadas) había defendido la colonización de Gaza. Lo narraba como una dura guerra por Israel. Aquellas chiquillas, pues eso eran, 18 años no son nada; en el reportaje tenían que levantar a mujeres y niños en brazos, tenían que ser fuertes ante canciones que decían que un judío no echa a otro y señoras que les obligaban a mirarlas a los ojos. Pero tal vez, en otra situación, las mismas chiquillas tendrían que disparar sus relucientes ametralladoras sobre gente de otras 'etnias'. ¿Qué sería más duro para ellas?

09 septiembre 2005

Traducir nombre a japones

Mi nombre en japonés por lo visto es muy marino 浜野 Hamano (campo al lado del mar) 拓海 Takumi (mar abierto).

El de Takumi, realmente parece bien chulo, y tiene buen sonido. Tendré que usarlo para algún nick.

Mira cual sería tu nombre japonés
Created with Rum and Monkey's Name Generator Generator.

08 septiembre 2005

¡El Mac Mola!

  • Tiene estilo
Porque trae de serie los fondos de escritorio de tigre y leopardo.



A Richal seguro que le encantan.

  • Es mejor que el HomeEnglish
Si seleccionas algún texto y eliges el servicio de Speech, y puedes hacer que el ordenador lea cualquier texto en inglés. Es una práctica excelente: entre lo desganada que suele ser la voz, y lo extraño que pronuncia ciertas palabras, requiere mucha atención. Si entiendas al Mac, ya te puedes atrever con cualquiera.

Si activas el reconocimiento de voz, entonces el Mac se desquita contigo. Si pensabas que sabias pronunciar alguna que otra palabra en inglés, o que el ingles informático es cosa fácil.... intenta que el sistema cierre una aplicación. El Mac te ignorará completamente, y no por rencor, porque te has burlado tu de el cuando te leía frases, si no porque sinceramente, con tu pronunciación no hay quien te entienda.

  • Porque es optimista.
Si falla la aplicación, no te preocupes, vamos a intentarlo de nuevo.